D.L.: NA 1356-2013

[Presentación de la publicación en su primer volumen]

Bitácora surge a modo de diario impreso. Se propone como testigo de la experiencia de un curso académico ordinario: en este caso, el curso 2012-13. Se refiere a la materia 'Proyectos I' de la carrera de Arquitectura. Y quiere reflejar la actividad desarrollada en ella, a lo largo de este clásico ciclo temporal, en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra.

Podría recordar a un informe que da noticia de lo ocurrido a lo largo de la tradicional singladura que representa un año en la vida de la asignatura. No tanto para dar cuenta de lo vivido cuanto para guardar y transmitir algo de su significado y alcance, a modo de referencia activa e insinuación programática.

Cabría acaso verlo como una especie de reporte de navegación, cargado de densidad y llamado a quedar como prueba de su verificación y detalle. Su objeto serían las vicisitudes del trayecto, así como los anhelos y argumentos que se les agregan.

Sus páginas rezuman empeños ilusionados, no siempre recompensados con el éxito. Y encuentran un correlato cercano en el mundo marino: por lo visto, la bitácora era el armario donde el capitán del barco guardaba bajo llave el cuaderno que constituía el diario de a bordo, cuyas páginas cumplimentaba cada día. En ellas dejaba constancia de las incidencias del viaje. Y ésta sería su inspiración.

La publicación es voluntariamente modesta, también en su expresión formal; no podía sino estar en consonancia con el carácter de sus contenidos.

Recoge los materiales incorporados semana a semana, a lo largo de los dos semestres lectivos, al blog de la asignatura. Reúne textos y gráficos; e incluye escritos de referencia y reseñas de clases y conferencias, así como fotografías de maquetas y reproducciones de planos de algunos de los trabajos realizados por diversos alumnos a lo largo del año. Se ha intentado que fuesen más o menos representativos; en todo caso, el criterio empleado para su selección puede haber sido eminentemente periodístico, en el sentido de que a veces la expresividad de las imágenes prevalece frente a todo otro argumento.

Se reproducen aquí algunos escritos muy breves de diversos maestros que se han ido haciendo con un lugar propio en el marco del contraste de ideas y actitudes que han constituido nuestro marco de referencia ideológico; ellos han dado forma, en clase, al diálogo académico responsable de la base teórica de nuestra ejercitación práctica.

Y, en fin, se alude también a la presencia en nuestro auditorio de tantos autores admirados que han acudido a él como profesores invitados, ponentes de lujo cuyos consejos nos enriquecen y cuyo contacto buscamos con avidez.

El resultado no es una revista ilustrada convencional; ni un magazine al uso. Y, obviamente, tampoco tiene como objetivo la calidad y precisión técnica de sus documentos gráficos. Quiere ser sólo una vibrante memoria del conjunto de lo visto y tratado en el aula. Se pretende interactiva. Y aspira a tener un sereno estilo evocador, con algún punto de interpelante.

La asignatura es, a su modo, un punto de inflexión en el curso de la carrera. Y constituye un espacio de encuentro muy especial, con algo de mágico. Asiste al florecimiento de las genuinas y radicales ansias de aprender de unos estudiantes que empiezan a descubrir con fascinado entusiasmo las insospechadas dimensiones de la tarea profesional que condensa el horizonte de su identidad futura. Lo provoca. Y ellos, a su vez, experimentan ya algunos de los efectos transformadores de la pasión que genera este descubrimiento, a veces muy intensa. Frente a ella se proyecta la voluntariosa entrega de unos profesores que quieren ser siempre sensibles a este fenómeno y, ante todo, se esfuerzan por estar a la altura de su trascendencia.

Esta especie de ‘memoria de un curso’ se perfila al servicio de la ebullición ilusionada de los afanes que retratan esas actitudes. Desea aglutinarla y transmitirla.

La impregna el tono fresco e informal propio de todo producto en proceso, vivo y efervescente. Y aspira a permanecer, como un cálido recuerdo, en la estantería física del despacho profesional de muchos de los que hemos compartido este exclusivo viaje lectivo.

Esperemos que así sea. Ha sido, desde luego, una experiencia única y tan instructiva como intensa. Ha dejado huella en nuestro andamiaje mental. Y, sin duda, merece un lugar en nuestra memoria.

El repaso de ella a que se nos invita aquí se pretende relajado y amable. Quiere ser un paseo por paisajes transitados en busca de referencias y sugerencias; seguramente acabará por despertar sintonías tácitas llamadas a encontrar en nuestras vidas nuevas y variadas expresiones.

Buena parte de lo alcanzado en términos de formación y educación en el entorno universitario ‘queda debajo’; a veces no lo valoramos bastante: sobre todo al principio, nos falta perspectiva y no somos muy conscientes de cuánto nos cambia. De ahí el sentido añadido de este regreso figurado a lo pensado, sentido e intuido en un momento tan relevante y aun crítico de nuestra maduración personal.

Ojalá que esta modesta contribución a la operación cumpla con nuestras expectativas en alguna medida… Y, por supuesto, nos seguimos viendo.

Juan M. Otxotorena, Bitácora Arquitectura 2012-2013