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Resumen

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La profundización del Concilio Vaticano II sobre la naturaleza de la Iglesia como Pueblo de Dios supuso el paso de una imagen de la Iglesia vista primariamente como institución representada por la jerarquía –y sobre la que recaería la misión–, a una concepción del Pueblo de Dios en el que todos, en radical unidad, comparten la común vocación y misión, que cada uno realiza según sus posiciones y funciones propias. El sacerdocio ministerial y el sacerdocio común son diferentes en esencia, no en grado. Ambos son originarios y constitutivos en la Iglesia. Ambos se ordenan recíprocamente, según una prioridad substancial del sacerdocio común, y una prioridad funcional del sacerdocio ministerial. La «cooperación orgánica» de ambos es el trasunto dinámico-misional de su ordenación mutua. La misión de la Iglesia es «orgánica», es decir, la acción conjunta de fieles y ministerio, articulada desde sus posiciones estructurales en la Iglesia.

Palabras clave

Iglesia, Sacerdocio común, Sacerdocio ministerial, Cooperación orgánica

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Sección
Estudios sobre los ministros sagrados